jueves, 19 de diciembre de 2013

Los ¿“Taliga Globe Torers”? ¿La NTA?

Los peligros de la actual encrucijada del toreo
Los “Taligas Globe Torers” y la NTA
(Está entrada ha estado secuestrada durante 14 horas por los duendes del blogger. Que me digan a mi ahora de espionajes y Asanges y CSNs o CNIs, bromas al lado de esto)

Son los mejores, los que más pueden, los que mejor lo hacen, los que se quedan más quietos más tardes al año. Ellos cinco y pocos más llevan el peso y la responsabilidad sobre sus personas, han llegado a límites inimaginables de técnica, de poder y de compromiso. Hablo de los toreros del T-5, podríamos hablar de los jugadores de basket del más mítico de los equipos de este deporte jamás conocido: los Harlem Globetortters.

Nunca he sabido si la tauromaquia es una fiesta, un deporte, un espectáculo, un arte, un oficio o un conjunto singular y único de todos estos componentes, cuyas proporciones otorgan la cualidad que identifica al ancestral hecho cultural de que un hombre se enfrente a muerte con un toro, en un recinto cerrado y público y con apenas unas telas como argumentos. Lo que si es evidente es que es un negocio, por eso lo voy a comparar con otro negocio, como el del baloncesto americano

A finales de los locos 20, los jugadores de baloncesto de residentes y visitantes  de harlem, un barrio marginal de NY eran los mejores, ganaban siempre en los “trespatres”, y en las pachanguitas, tanto que entendieron que no tenían rivales. No les faltaba razón, formaron equipo llegaron a ganar la liga profesional. Decidieron entonces salirse del sistema, jugar exhibiciones, burlar las reglas, dar espectáculo y hacer en la pista exactamente “To do as one pleases”(lo que les daba la gana), Se buscaron un equipo para que ejerciera de  rival a modo y al que ganaban por norma, con matices de humillación; la leyenda dice que estos rivales jugaban “en serio”. Valía, vale por que siguen ejerciendo, todo en pos del espectáculo la comedia, la música el humor.... No había competencia real, ni reglas, ni autoridad, ni enemigos ni más garantía de futuro que la de perpetuarse ellos mismos o gente como ellos mismos. Además eran negros en un país y en entramado deportivo donde los blancos mandaban. Por cierto, eran muy generosos con las obras sociales y consiguieron que hasta Juan Pablo II o el recientemente fallecido Nelson Mandela fueran auténticos Harlem Globetortter (honoríficos eso si). Lo que practicaban y practican no era baloncesto, como las leches modernas, es un espectáculo con el baloncesto como excusa.

Miedo me da que la deriva que esto del toro está tomando provoque una situación parecida. Los mejores de este escalafón, cinco toreros grandes,  cuatro de ellos extremeños, con los predios cercanos en la dehesas del Valle del Táliga y alrededores y uno de más al sur, se han empezado a aburrir. Torean como los ángeles, ven los toros como los demonios, pueden con los más bravos, mandan en las corridas que matan, imponen ganaderías y compañeros, quieren la parte grande del pastel puesto que entienden la fiesta como un espectáculo en que ellos son los imprescindibles protagonistas, no desean que entren nuevos miembros si ellos no dan el visto bueno. No quieren empresarios, prefieren serlo ellos o a través de persona interpuesta. La catadura de la clase empresarial taurina no ayuda, una clase compuesta por indolentes herederos que deambulan entre la falta de afición y la falta de educación amparados en un oligopolio extemporaneo. Pero esa excusa no puede justificar que una figura indispensable como la del empresario quiera ser eliminada en un sistema que con vocación de permanencia.

No anda muy lejos esto del momento en que surgió y creció “El mejor equipo de baloncesto del mundo de todas las épocas”. La situación es crítica, no es momento de guerras, es el momento de la grandeza de miras que puede permitir salvar tres siglos de una forma de entender la fiesta.

En aquellos momentos complicados del baloncesto. nació, de los restos de la terminal y depauperada ABA, la NBA. Se impusieron los drafts, los límites salariales, los mínimos por jugador, la obligación de enfrentar rivales, Más adelante se creó la figura de un alto comisionado con mando en plaza, que decide sobre todos los asuntos relacionados con el día a día, Desde un partido suspendido hasta un fichaje. ¿Se imaginan que alguien decidiera que número de festejos debe tener una feria, el importe de los abonos, que encastes se deben lidiar, cuanto deben ganar respecto a la taquilla¿ ¿Se imaginan que las taquillas fueran públicas? Eso se hace en la NBA, por cierto, un negocio que mueve billones americanos de dolares, frene a los cinco o seis millones de los Harlem y su espectáculo.

Alguien debería pensar cosas y mirar consecuencias. A lo mejor ese alguien es plural, somos todos y debemos parar el carro, mirarnos a la cara y poner las bases de lo que queremos, un espectáculo superficial o un hecho cultural de primera magnitud. Ya lo hizo  en http://ambitotoros.blogspot.com.es/2013/12/la-tauromaquia-del-siglo-xxi.html. Ahora les toca a los de dentro

Es el momento de sentarse, dejar atrás pequeñeces y cortoplacismos, plantearse esto a futuro y poniendo toda la carne en el asador. Así la fiesta brava tendrá futuro

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Haciendo hilo

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