martes, 22 de noviembre de 2011

Curro Romero, degenerando, sin degenerar.

Curro templaba acompañando la embestida, mataba sin querer matar los toros, mecia el capote sin mover las manos y apoya sin apoyar al PP.
La noticia es tan escueta como una foto, aparece intrascendente en el maremagnum final de esta campaña donde la omnipresente prima de alguién y los periodistas sobrecogedores explican con sordina los golpes de estado de los tecnócratas de Bruselas.
Explico, no sin rubor, la foto para ciegos, despistados y miradores profesionales para otro lado "Curro Romero levanta el pulgar diestro en señal de triunfo durante el mitín de cierre de campaña de Mariano Rajoy en Sevilla".
No me dejo de acordar de una anécdota que me contó en un larga noche Salvador Távora, cuenta el cineasta de una mañana de tentadero en alguna finca de las marismas, se orientan unos pocos, El Pío, El Almendro, el mismo Távora, un par de aficionados más y Curro. Tras buscarse la vida en la ida para llegar a la finca de marras,  a la vuelta se encuentran todos sentados en alguna empalizada esperando transporte. Mientraslos maletillas cuentan su breves faenas en la reciente tienta adornándolas hasta el delirio, Tavora y Romero andan a parte.El del Cerro de Águila iba repasando mentalmente las posibilidades de cada compañero.
- Este no llega, le falta corazón, tiene arte pero mucho canguelo, esotro es un valentón de arrebatos...- piensa el futuro creador de la Cuadra, mientras el camero se canta a media voz unas soleares inmensas.
-  Tal será un buen banderillero, conoce al toro y sus querencias y reacciones, aquel no llegará a nada, tiene tipo de estibador. Y Yo,  yo lo veo crudo para mi.
Al volver la vista ve a Curro y dice que se dijo
Curro, bueno, Curro da igual, él lo tiene resuelto con el cante, es que el tío es artista.
De esta guisa cuenta el dramaturo que su rápida mente realizaba el teórico el  balance de probabilidades de aquellos maletillas en aquel mediodía de calor y recuerdos.
La anécdota es ilustrativa de la personalidad de Curro, siempre ensimismado, callado, lejos del foco, centro de todo sin saber ni querer serlo, con su arte distinto por bandera.
Haciendo un retrospectivo juego de espejos, quizá chocase al "Hijo de la Andrea"  su devenir en esta etapa de su vida. Puede que extrañase al tímido enfermizo, el que se cambiaba de acera para no saludar, saludando a una muchedumbre en un mitín político. Al hombre de la izquierda social, al sin partido, al hijo del jornalero que ni mancebo podía alcanzar a ser en la farmacia donde ejercía de niño de los mandaos, le sorprendería verse en un mitín del partido de centro derecha en la Andalucía proletaria.
A los artistas se les admite todo, los tragasubvenciones de la ceja no callan ni cuando deben, hay actores en listas electorales, incluso Cantó es diputado por UPyD, respeten a Curro, la izquierda del anillo sanitario y la derecha del rodillo de los 186.
Cada hombre es dueño de sus ausencias y silencios y esclavo de sus hechos y presencias, La libertad de Curro es insobornable, la libertad de Curro para ser bético, para jugar al dominó, para cantiñear cuando está a gusto y entre cabales no tiene precio.
¿Saben? Seguro que Curro no saca ni el mínimo rendimiento de esto, me consta que lo hace por las más pura y altruista de la amistad. Que nadie rebusque en busca de un interés bastardo, ni una subvención, ni una mangoleta, ni una corrida, ni siquiera una medalla.
Son cosas de artistas

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Haciendo hilo

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