domingo, 27 de junio de 2010

400 yeguas de la marisma duermen en Almonte.

400 yeguas de la marisma duermen en Almonte.


La saca culmina en una multitudinaria jornada entre el Coto y el recinto Ganadero almonteño.



amanece en la marisma
mi fiel Zarratón mira la maravilla
preparados para la faenalas yeguas ya están en la cancela del Rocíoen la pasá del Chivo se prepara el ritopor el camino de los PuertosEmotiva entrada de AlmonteLa travesia es emocionanteSe llega al Pocito Misión cumplida

La jornada comienza temprano, No se anda la alboreada con pamplinas y las siete brilla el sol en los ojos cansados de los huéspedes de HatoVilla. Huéspedes cercanos este año porque el colorido abejaruco ha decidido anidar junto al chozo y hay que alejarse más de un kilómetro del lugar habitual de pernocta, que es una cosa muy grande eso de criar abejarucos practicando un orificio en el suelo.

Las reuniones van juntado desde muy temprano las tropas de yeguas, escasas este año, muchas pérdidas en año de aguas grandes, muchas yeguas en las tierras plácidas del pueblo, los corralones reventar y el pienso que corre como la pólvora.

Las yeguas de las Marismas de Hinojos se hacen esperar, el terreno está cargado y el traslado se hace penoso, después de las doce se abre la cancela de la aldea y entran por la Calle Sanlucar el volumen mayor de ganado.Las provenientes de Marismilla ya han pasado, la aldea es una romería grande, la explanada y el Real recuerdan fechas de hace un mes, la yeguas van calientes por la espera, la mosca y el calor, como exhalación toman el camino de la Virgen hasta definitivamente tomar el de los Puertos. La Pasá del Chivo recibe a las tropas en un festival.

Los yegüerizos "profesionales" se muestran desanimados, el año ganadero ha sido pésimo, mucha agua, los armajos, único matorral que supervive en los lecho húmedos de las marisma y producen una curiosa reacción en los animales, conocida como emzapinamiento, una borrachera debido a las sustancias alucinógenas, que acaban produciendo la caída de la yegua y muerte por ahogamiento o inanición, Muchas yeguas muertas por la ley de Murphy las mejores, las más seguras paridoras las de mejor reata un buen día aparecieron con el vientre hinchado en la marisma.

Tras el sesteo necesario y reconstituyente las tropas se organizan ante la escasez de ganado cada dos reuniones llevaran una tropa, una por delante aguantando y otras por detrás jarreando.El trecho del camino es el más emocionate y lúcido, las riendas deben soltar la cara para un galope templado y sostenido, sin aspavientos, sin dar tiempo al ganado cerril a pensar en posibles escapatorias, el trote largo se intercala con el galope corto, sin paradas, sin prisas, se entra el Almonte por el Chaparral que ya prepara su feria que empieza el jueves. El pueblo es un hervidero, los almonteños y los forasteros acompañan el paso del ganado, se descubren emociones en la cara de los más viejos del lugar, y sueños en los rostros infantiles, algún yegüerizo monta a un infante para entrar en el pueblo, ahora al paso corto, mosquerazos de los jacos, miradas cómplices de los que salen de las marisma luciendo las tropas, dejándose ver los yegüerizos.

El galope tendido final hace que las yeguas lleguen sin pensar a los corrales de recinto ganadero. Misión cumplida, abrazos, emociones y hasta el año viene, Estos día vendrán la tuza, el recuento, el ahijamiento, el marcaje a fuego, la venta, el trato, la ilusión de los menores y la tradición de un pueblo.

Las tradiciones sólo se mantienen si reinventan esta hermosa tradición se encuentra son cortapisas graves por parte de la dirección del parque nacional. El concepto de una labor de campo se transforma en una fiesta más de un pueblo que la vive como tal, la necesaria compatibilización, de la normas del parque y del uso ganadero ancestral, necesario y la forma cierta que ha hecho posible la llegada hasta nuestro tiempo de este privilegio que es el Coto.

Días de transición, entre la campiña más agrestre y el pueblo que aspira a ciudad sin perder de vista sus más hondas raíces, entre el Rocío místico y el recinto ganadero funcional que sustituye los antiguos corrales de las casas particulares, el de José Muñoz el de los Corona, el de los García, donde se visitaba cada casa y se buscaba el ganado con un vaso de vino del año y una "tostá" con sardinas,cocinadas en el mismo fuego donde se ponían al rojo los chismes de herrar, transición entre la faena pecuaria y la fiesta total.

Dar las gracias a Almonte, a la reunión de Hato Villa por dar la oportunidad a Odiel de tener un corresponsal en La Marsima, que seguro no es objetivo, pero es que se siente un almonteño y un yegüerizo privilegiado más.

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