domingo, 1 de junio de 2008

Dos orejas para Ventura ¿por error?

Errores de hecho y de derecho en la Maestranza

Dos tipos de fallos admite nuestro ordenamiento jurídico en la aplicación de la ley, los de hecho y los derecho.
 
Nos cuentan nuestras fuentes que el presidente de la corrida celebrada en la Maestranza el pasado jueves 22, con motivo del Corpus, no quería dar dos orejas al bravo de Diego Ventura. Me cuentan que los nervios por la proximidad del rey, la plaza llena, el despliegue de medios y cuerpos de seguridad..., sea lo que sea, el presidente saco el pañuelo y lo guardó tan pronto que él mismo entendió que el gesto no había sido apreciado por el público, los alguacilillos..., y ante la duda decide sacar el pañuelo de la primera oreja otra vez, suponiendo que fueran distinguibles los pañuelos que premian la primera oreja y la segunda oreja, una especie de "me reafirmo en la oreja", que fue interpretado como la concesión del segundo trofeo.
 
Por tanto no se trataría de un error de derecho, sobrevalorar la faena del portugués de la Puebla del Río como merecedora de dos orejas, sino de un error de hecho, el lío comentado de los pañuelos.
Para entendernos, el juez de un caso puede equivocarse en su apreciación y condenar a un delincuente a una pena de seis meses cuando lo ajustado a derecho hubieran sido tres, por ejemplo por no apreciar un atenuante u olvidar tener en cuenta una prueba. Parece un error humano, posiblemente resuelto en una instancia superior. pero imaginemos que el juez se equivoca al transcribir la pena y en lugar de tres meses condena al reo a trece por un error de imprenta, un error de hecho.
 
No se si me tranquiliza pensar que el exceso de la segunda oreja fue debido a un error material en lugar de un error de concepto de don Gabriel.
 
Pues si esto es lo que pasó, que no me resulta extraño después de ver a Trigo corriendo hacia el desolladero a por el segundo apéndice, pues si fue esto lo que sucedió, sólo se me ocurre comentar: "Joder que tropa" en palabras de Romanones. Sólo el amigo Murillo se salva de errores de bulto en esta desafortunada etapa para la presidencia de la Maestranza. Me ciega la amistad..., es posible, que alguien me lo demuestre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Tanto cuesta llevar tres pañuelos blancos y no tener que jugar al escondite con ellos?

Haciendo hilo

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